Kese'Kan

La oscuridad era densa. Sin embargo esta oscuridad era diferente, ni siquiera los ojos del joven drow, acostumbrados a la oscuridad de la Antípoda oscura, conseguían distinguir una sola alma. Trataba de observar con su visión infrarroja cualquier resquicio de vida, pero apenas lo lograba; se sobresaltó al darse cuenta de que no pisaba suelo firme sino que estaba flotando en medio de toda esa nada oscura.
“¿Dónde estoy?” llegó a pensar el elfo oscuro “¿Qué es este lugar?
Trató de moverse por aquella oscuridad, intentó utilizar su habilidad innata del fuego fatuo, aunque lo hacía en vano pues ninguna parte de su cuerpo respondía. Su cuerpo estaba paralizado por algún tipo de fuerza mágica. Ni siquiera podía mover su cabeza... el elfo entendió que se encontraba en una posición fija sin capacidad de reacción.
Con mucho esfuerzo trató de articular alguna palabra, pero todo intento era inútil. El drow se encontraba atrapado en un mar de oscuridad. Quería mantener la calma, pero no podía evitar que su miedo aumentara. Parecía que cuanto más miedo tenía, la oscuridad y el silencio se hacían más poderosos. Parecía que aquel lugar se alimentaba del miedo, de las preocupaciones, de las inquietudes del joven elfo.
Pasó el tiempo... quién sabe cuanto. Los instantes se convertían en eternidades, eternidades llenas de silencio, oscuridad y de miedo.
El tiempo dejó de ser importante, dejó de tener uso, pues ¿de qué servía? En aquel lugar las reglas eran diferentes. Todo lo conocido era erróneo.
El elfo oscuro trató relajar su mente antes de que ese sitio se apoderara de su estado mental. Empezó a reorganizar sus recuerdos, buscando entre ellos cómo había llegado a aquella situación. Recordaba la exótica Menzoberranzan, ciudad donde había nacido, su estancia con su familia (sí se podía llamar así, aunque era lo único que tenía) con la que se crió, su paso por la academia de Melee Maghtere donde se formó como guerrero, recordó el día de la graduación, las constantes amenazas por desafiar a Lloth, la reina araña y diosa de todos los drows; recordó aquel trágico episodio con Ranaghar Srune’Lett  que sirvió para aumentar secretamente su ira contra esa sociedad; recordó las discusiones que tenía con sus hermanos por las constantes incursiones que hacían a la superficie para masacrar y torturar a sus primos elfos. Recordaba sus intentos de evitar las incursiones y sus posteriores castigos por desobedecer.
A pesar de esto, por más que intentaba hacerlo no recordaba su nombre... ¿Por qué no lo recordaba? ¿Acaso había sido torturado por las temibles matronas y ahora se encontraba en una tortura aún peor? ¿Sería este su castigo por desafiar aquello que trataba de evitar? ¿Era esta otra forma de sacrificio para Lloth? Las preguntas comenzaron a torturarle haciendo que el miedo fuera más fuerte, dificultando su respiración. 
El silencio ganó terreno en aquel lugar vacío, sin vida, deshabitado de todo ser viviente. Era un silencio inquietante. La esperanza se iba reduciendo cada segundo, cada instante que pasaba.
La respiración del drow se hacia cada vez más dificultosa, le costaba respirar. Sabía que iba a morir en aquel lugar sin poder hacer nada.
De pronto, sus ojos de color ámbar se percataron de unas pequeñas luces hacia la lejanía. El joven notó que su corazón estaba latiendo con más fuerza, con un mayor ritmo. Sabía que esa luz era su castigo, era su perdición.
Empezaron a hacerle daño los ojos debido a aquellas luces, debido a que sus ojos estaban totalmente adaptados a la oscuridad de la Antípoda Oscura. Notó que aquellas luces se iban acercando cada vez más rápido haciéndose más grande. 
Los ojos le empezaron a escocer provocándole un gran dolor. Intentó reaccionar, pero su cuerpo no respondía a las órdenes de reacción.
Para gran desesperación quiso cerrar los ojos para evitar el dolor, pero le era completamente inútil.
El ambiente estaba empezando a cambiar. La aparición de aquellas luces hicieron que una masa de aire frío hiciera acto de aparición. A medida que aquellas luces se hacían más grandes, el frío se hacía cada vez más fuerte.
El cuerpo del elfo empezó a notar una ráfaga de dolor punzante debido a la fuerza de la masa de aire gélida que se había formado.
Sentía mucho dolor, era un dolor asfixiante. Quería gritar, quería desprenderse del dolor pero todo era en vano. Estaba perdido.
Cuando las luces estaban muy cerca de él, las constantes ráfagas de frío y el dolor en los ojos eran casi insoportable. Entonces cerró los ojos. Y todo cambió.
Notó que el dolor estaba desapareciendo, el frío punzante estaba cambiando a una sensación más cálida que le ayudaba a aliviar el dolor sufrido. Volvió a tener el control de su cuerpo, tocaba suelo firme. Había conseguido sin saber cómo romper aquel campo de fuerza. Jadeando y con mucho temor, decidió abrir los ojos y para su sorpresa se encontró con una barrera de fuego a su alrededor y gracias a ella pudo lograr ver que aquellas luces se trataban de arañas que se acercaban a un ritmo constante. “¿De dónde había salido esa barrera?” se preguntó.
El drow se quedó maravillado contemplando aquella barrera mágica. De alguna manera, alguien le había salvado ofreciéndole aquella protección casi divina. No le dio tiempo a  reaccionar, cuando la muralla de fuego se abalanzó fieramente hacia las peligrosas arañas. El contacto de ambas materias creó una onda expansiva con semejante fuerza que golpeó al joven elfo dejándole inconsciente.
Pero antes de desmayarse una voz gritó su nombre:

¡KESE’KAN!

Comentarios

  1. SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM thegame SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM SPAM

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  2. Que troll!!!!!!!!
    Nooooo, he vuelto a per(thegame)der! T_T

    Ya te pillaré ya xDDDD

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  3. Ieee que interessant!!!
    Vas millorant. Molt be!! Ànim!

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