¿Quién soy?

¿Quién soy?

Es una pregunta que me he estado haciendo desde el día en que desperté. Sólo. En un yermo desértico, sin nada ni nadie. No había rastro de civilización, tampoco de vida. Desperté con las manos manchadas de sangre, manchas que se habían desperdigado por todo mi cuerpo. Pero no eran mías. No sentía dolor. ¿Qué había pasado? No podía recordar nada, ni siquiera un nombre.
El día en que desperté llevaba una armadura de metal, agrietada, abollada, agujereada... destrozada. En el centro había como una especie de símbolo, como de una espada y unas extensiones. O algo parecido. ¿Qué podía significar aquellos símbolos? ¿Y por qué había llevado esa armadura?
Muchas preguntas me asaltaban y apenas ninguna respuesta. Empecé a vagar sin rumbo por aquellos parajes vacíos y solitarios. Los árboles que me encontraba estaban marchitos y medio muertos. Cada paso mío se levantaba una mota de polvo que se posaba sobre unas desgastadas botas.
No recuerdo cuánto tiempo anduve deambulando. Sin comer, ni beber. Ni siquiera descansaba. Apenas podía dormir. Las noches eran muy frías, difícil era encontrar un rincón para resguardarse de los dardos punzantes de hielo. Mi aliento desaparecía bajo un manto de oscuridad, el cielo escondía sus estrellas, salvo la luna, vigilándome siempre.

Transcurrieron días y noches. Noches y días. Horas y quizá semanas. ¿Realmente era así?
Y un día, mis piernas fallaron. Exhausto, sin poder respirar bien. Caí. Esperando mi muerte.
Pero entonces, ocurrió algo. El sonido del viento se entremezcló con los pasos fuertes de alguien. Una figura se acercaba a mi. Las escenas que sucedieron después no las recuerdo con claridad. Solo pequeños retazos. Era una figura alta que me cuidó. Supe que era mujer por su voz, una voz cálida y dulce que palió los dolores del corazón. Me hablaba pero yo no la entendía. Yo quería implorarle ayuda, quería respuestas a mis preguntas. Pero mi voz estaba apgada

Recuerdo que tenía cabellos largos. Recuerdo también que me dijo su nombre: "Nym"; y entonces empezó a hablarme en un idioma que desconocía. Sentí que mi cuerpo empezaba a recuperarse, mi respiración volvía a la normalidad. ¿Qué me estaba haciendo? ¿Acaso era magia?
Después de aquello tuve un sueño. En él, estaba yo con una armadura parecida y con el mismo símbolo, armadura que había dejado tiempo atrás en el camino, luchando contra monstruos y unas aberraciones de la naturaleza, seres con la cara deformada con túnicas largas y sucias. En el sueño luchaba sin descanso. Solo. Contra un montón. Y de fondo una gran torre que se elevaba hacia el cielo. Algo me impactó y volví a despertar.
Me encontraba de frente a Nym, pero sin poder verla bien. Como si fuese un fantasma. ¿Otro sueño? "Toma" me dijo "pertenecía a alguien muy especial". Miré el objeto. Era una especie de collar pero mucho más pequeños, en los hilos de hierro había pequeñas bolitas de un color anaranjado (las del centro tenían un tono más oscuro que los de los extremos). No entendía el motivo de aquel "regalo" y antes de que pudiera hablar me dijo: 

"Las semillas vuelven a crecer. Ve allí y encuentra tus respuestas"

El paisaje de nuestro alrededor empezó a cambiar. Y al observar un punto concreto, me percaté de lo muy familiar que me resultaba. Era la torre que había visto en mis sueños. ¿Qué demonios había pasado? Me giré para preguntarle... pero ya no estaba. Había desaparecido. ¿Un sueño? No, no había podido serlo, puesto que aún tenía en sus manos aquel colgante o lo que fuese. ¿Entonces qué?
Otro misterio más. Pero esta vez tenía un objetivo. Apreté el colgante con fuerzas y me encaminé hacia mis respuestas. Para desilusión mía, no encontré nada más que ruinas, polvos y soledad. Entonces, a punto de abandonar, esuché sollozos. Seguí los sonidos hasta encontrarme a una joven muchacha de pelo plateado.

Finalmente cuando nos disponíamos para partir me percaté de un objeto alargado. Una espada. Me acerqué y la cogí. Vi mi rostro, por primera vez, reflejado en el. Era un hombre. ¿Era esta la respuesta que andaba buscando? No lo sé. Solo me limité a decir: "Creo que sé cómo usar esta espada".

Comentarios

  1. Resulta que lo de "quién soy" de cierto psico-personaje ya rondaba por aquí desde hace tiempo. jejejej Me gusta la entrada de la segunda fila y recuerdo que la leí en algún curso de la carrera cuando todavía existía el tuenti ejej. Escribir es un placer y tú lo sabes bien. Un besín !!

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