Guenhwyvar

Como ayer hablé de La morada hoy pondré un poema que habla sobre Guenhwyvar, la compañera inseparable de Drizzt.

¿Qué ojos son estos que ven
el dolor que sufro en el fondo de mi ser?
¿Qué ojos son estos que ven
los retorcidos pasos de mi gente,
guiados por la estela de juguetes mortales:
espada, flecha y dardos?

Te pertenenecen a ti, a ti
que corres con paso elástico,
suavemente con tus zarpas acolchadas,
las garras escondidas,
armas usadas cuando es necesario,
sin las manchas de sangre inocente
o del engaño asesino.

Cara a cara, eres mi espejo:
el reflejo en el agua junto a la luz.
¡Qué no daría por tener aquella imagen
sobre mi propio rostro!
¡Qué no daría por tener aquel corazón
en mi propio pecho!

No pierdas el orgulloso honor de tu espíritu,
poderosa Guenhwyvar,
y manténte a mi costado,
mi queridísima amiga.

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