Tale of an Adventurer V - La Cova de la Galera
Era libre. Podía sentirlo. Estaba volando como las aves, recorriendo el universo, adentrándome en los secretos más ocultos del universo. Atravesaba el gran desierto, atravesaba el gran océano, atravesaba grandes tormentas con sus fuertes corrientes de aire. Todo era maravilloso, era espléndido poder contemplar aquel mundo. Me sentía parte del mundo, me sentía completo. Me sentía como una pieza importante dentro del puzzle llamado "Mundo"; era necesario en todo el planeta, observaba como la naturaleza crecía, como se alegraba de verme, como los animales luchaban día a día por la supervivencia; contemplaba la formación de los fenómenos naturales. Allá donde hubiera una erupción, allí estaba para contemplarla. Allí donde la tierra chocaba, me acercaba para ver el espectáculo. Sin duda, era libre.
Pero todo aquello cambió y pronto empecé a caer. A caer en la enorme oscuridad que engullía el mundo. Era el fin. Y entonces desperté.
Estaba terriblemente cansado, agotado, exhausto del día anterior. Lo único que tenía en mente era descansar y recuperar fuerzas. Pero el destino, azar o lo que fuera, decidió que me faltaba una aventura más.
Me habían despertado para preguntarme "cómo me encontraba". Yo, al más puro estilo Nathan Drake, respondí que estaba bien, aunque tenía agujetas y me dolía la pierna derecha como consecuencia del golpe sufrido el día anterior. Casi sin darme tiempo a respirar, ya me estaban dando órdenes de desayunar rápido y vestirme, ya que nos estaban esperando.
Realizadas estas cosas, nos fuimos hacia el coche que nos esperaba y nos dirigimos a una especie de punto de reunión donde nos encontraríamos al señor Edil de Llaurí, ya que nos quería enseñar una ruta que habían limpiado de maleza y que la hacía prácticamente imposible de atravesar. Finalmente, llegamos al punto de partida, donde empezaba la senda hacia "La cova de la Galera" A todo esto, era muy temprano y eso me fastidió mucho... (quería dormir... T_T)
La ruta empezaba subiendo una carretera "empinada" hasta llegar a una senda. A partir de ahí todo era vegetación y empezaba la aventura.
Se notaba que habían hecho limpieza en la senda. La maleza había sido cortada y, a pesar de haberla cogido, se podían ver restos de la hierba a los alrededores de la senda. Además para no perderse en el camino (algo que no era muy complicado) habían señalizado algunas piedras para indicar que estábamos en el camino correcto.
Tenía la sensación de haberme metido en un gran bosque (aunque no lo pareciese) y hacía fotos, muchas fotos del camino (por si me pasaba algo y los siguientes que hicieran la senda no cometiesen mis errores xD).
De repente, ya no me encontraba en mí mundo, ya no era yo. Ahora era un elfo que recorría con calma aquellos lugares. Siempre en alerta. Cauto. Preparado para cualquier peligro.
Me había alejado de mí pueblo para explorar el lugar. Estaba siguiendo a unos humanos que había visto a lo lejos. Por sus ropas diría que eran aventureros. Tenía que darme prisa. Todavía hacia la frescura de la mañana, pero ya estaba notando los primeros atisbos del calor del sol. Si seguía por allí cuando el sol estuviera en su máximo rendimiento podría ocurrirme una desgracia.
Sin duda, aquel lugar era maravilloso. Me encantaba ver la naturaleza y sentirme parte de ella. Me dolían algunas construcciones humanas que distorsionaban en ese ambiente.
Avanzaba a un paso veloz, siguiendo de cerca a aquellos humanos. Tenía curiosidad por saber a donde se dirigían.
Observando el camino, me percaté que había mucha piedra suelta y si no se tenía cuidado te podrías resbalar y hacerte daño.
A pesar de estar siguiendo a aquellos seres, hacía pequeñas paradas para observar aquel entorno con más atención. Pocas veces salía de mi tribu, y ahora que había hecho una escapada sin que nadie se diese cuenta, ¿por qué no maravillarme con el entorno que podía observar?
Llegué a un punto que conocía bastante bien, el lugar donde estaba una roca plana con dos grandes piedras encima. Sabía que aquel lugar era sagrado y no podía entrar sin permiso. Me alivié al ver que los humanos no vieron ese lugar, pero continuaba extrañado por saber a donde se dirigían. Continuaban la senda montaña arriba. Tendría que tener cuidado por si acaso.
Vi que paraban con frecuencia, no se si por cansancio o por qué querían ver el paisaje. Yo aprovechaba esas paradas para acercarme cuidadosamente. Aún así y por miedo que me descubriesen, les dejaba que avanzaran. Llegó un momento que subieron a la montaña y desaparecieron, en ese momento, aceleré en el ritmo para encontrarlos.
Cuando llegué arriba, vi que el sendero continuaba y me quedé atónito por el imponente paisaje. Era un espectáculo impresionante.
Finalmente, los alcancé: Se habían detenido delante de la entrada de una cueva... En ese momento, me vino a la mente un nombre que pronuncie: "La cova de la Galera". Entonces, volví a ser yo.
Estaba empapado de sudor y cansado. Además, para complicar más las cosas, hacía bastante calor. Pero eso no me impidió que me sorprendiese al ver aquella cueva.
Entramos en ella y la temperatura cambió. Se estaba genial. Además me sorprendió las diferentes formaciones que la cueva tenía. Una lástima que había estalagmitas que las habían cortado (Por qué? DDDD:).
Aún así, me es difícil describir ese entorno, así que mejor que lo veáis vosotros en estas fotos.
Una aventura diferente, en un lugar al que nunca había ido. Una excursión extraordinaria.
Espero que hayáis disfrutado y nos vemos en la próxima entrada :)
Brutal ;)
ResponderEliminarQue lloc més xulo, jo vuic anar *-* !!
ResponderEliminarEstà molt be ^^
Muy fiel a tu estilo: realismo con toques fantásticos, me gusta :)
ResponderEliminarI de nou Puchi Jones ens sorprén en una anécdota dels seus viatjes.
ResponderEliminarQue sàpies que al següent tindràs un company d'aventures, perque noestic d'acord en que voste agafe el barret i se'n vaja d'espeleología. Gabardina i llanterna i m'apunte!
Més i millor, campió! ;).