Jack Nelzar

- Ha llegado la hora... Hijo mío.

Éstas palabras resonaban con fuerza en mi mente mientras aquellos hombres me conducían al aeropuerto espacial. Mi destino era llegar al famoso centro educación y militarización para bióticos; iba a ser el primer Nelzar en formarme como biótico. ¿La razón? Venganza. Pero no adelantemos acontecimientos. Mi nombre es Jack Nelzar y esta es mi historia.

Nací bajo el seno de una de las familias más importantes de Eden Prime (decir que mi madre es originaria de Eden Prime y mi padre de La Tierra), y también de la Alianza. El apellido de mi padre era bastante famoso y gozaba de buena fama, pues era una de las piezas clave dentro de la política de la Alianza. Su mirada siempre estaba puesta en obtener un lugar dentro de La Ciudadela; gracias a ello ni a mis hermanos ni a mi nunca nos ha faltado de nada. Mi padre siempre ha querido que estudiasemos lo mismo que él, para seguir extendiendo el poder de nuestro apellido. Padre consiguió hacerlo con mis 5 hermanos, pero conmigo fue diferente y creo que en parte se lo debo a Madre. Parece que la intención de mi padre era hacer lo mismo que con mis hermanos, pero mi madre consiguió convencerle para que yo tuviese más libertad para elegir; por esta razón y a una temprana edad Padre y Madre me trasmitieron su increible afición por la literatura. Así pues a los 9 años ya había leído la mejor literatura de La Tierra; a los 10 me apuntaron al mejor círculo de lectura y creatividad de toda la colonia de Eden Prime.

Mi relación con mi familia siempre ha sido buena, sobretodo con Madre, aunque muchas veces echaba de menos el afecto de mis hermanos y el de Padre. Ella me decía siempre que estaba ocupado con asuntos administrativos y burocráticos. Todo ello para garantizar mayor seguridad dentro de las colonias humanas ya creadas y de las que estaban por venir.

Mi padre y yo nos queríamos mucho, pero todo cambió. Todo por culpa de aquel hombre, de aquel llamado Marcus Berg. Este personaje se trataba del mismísimo presidente de Eden Prime y mi padre consiguió ser su mano derecha los últimos cinco años de su mandato. Sin embargo, ya se conocían de tiempos pasados. Ambos coincidieron en la misma escuela de prestigio para la política galáctica.
Yo lo conocí por las constantes visitas que hacía para ver a mi padre y hablar sobre política y otras "actividades". A mi siempre me cayó mal, era una persona obesa, muy sucia, muy egocéntrico y siempre fumaba unos enormes puros habanos que provenían de la Tierra. Le detestaba a él y a su enorme puro, y él lo sabía, pero Madre me explicó que debía comportarme correctamente incluso con aquellos que no lo merecían. Intuyo que a ella tampoco le gustaba aquel ser tan asqueroso. Un motivo suficientemente válido para que yo lo odiara fue su desprecio a mi interés por la lectura y la literatura, en vez de las actividades políticas de La Alianza, como sí hacían mis hermanos. "La humanidad se convertirá en el centro del universo. Y todos nos respetarán", solía decir muy a menudo.

Y llegó el año que cumplí los 16 años. Un año fatídico tanto para nuestra familia como para Eden Prime, e incluso también para Marcus Berg, ya ex-presidente por dos años. Por aquel entonces, se acrecentó un grupo que se hacían llamar Cerberus y que luchaban por una libertad y unas doctrinas que La Alianza se negaba a seguir. Los del bando contrario pronto los catalogaron de "grupo de terroristas que ponían en peligro la estabilidad no solo de todas las colonias sino también de la propia Alianza". Curiosamente con la creciente aparición de ese grupo, empezaron a suceder una brutal oleada de asesinatos. Primero importantes escritores, luego artistas. Después empezaron a caer los políticos con más renombre.

Y llegamos al momento en que mi madre fue víctima de uno de esos asesinatos y en los que mi padre casi no lo cuenta. Él se salvó, pero ella... A partir de aquel día, mi padre cambió para mal. Empezó a descuidarse, empezó a juntarse otra vez con Marcus desde que se vieron por última vez en el gobierno. Incluso les oí discutir muchas veces por la ola de asesinatos. Mi padre empezó a ponerse nervioso por todo, su buen humor desapareció completamente y comenzó a comportarse de manera parecida a Marcus. Incluso empezó a fumar esos malditos habanos que inundaban toda la casa. Su relación conmigo empezó a enfriarse y empezó a ignorarme.

Cuando pasaron dos meses desde que sucedió todo aquello, ocurrió algo inesperado para mi. Después de no presentarme por vigésima vez al círculo de lectores y asistir a la discusión número cien entre mi padre y Marcus Berg, hice lo que muchas veces me relajaba: pasear por el bosque para dejar volar mi imaginación. Pero aquella noche, el destino o lo que fuese me hizo asistir a uno de los espectáculos más deplorables que he visto. Un hombre estaba golpeando a una mujer indefensa. Ella gritaba desesperandamente, mientras trataba de zafarse sin mucho éxito. Finalmente, empezó a golpearla con más fuerzas hasta que dejó de emitir sonido alguno. En aquel preciso instante, mi cuerpo, paralizado por el miedo, empezó a reaccionar y mis piernas empezaron a correr hacia aquel demonio hasta chocar contra él.

Ese recuerdo lo tengo muy confuso. Recuerdo haber forcejeado mucho hasta que una piedra que le
lancé impactó en su cabeza. Acto seguido comencé a golpearle con esa piedra hasta que me di cuenta que aquel cuerpo dejó de moverse. Al levantarme, me percaté que aquel cuerpo era ni más ni menos que el de Marcus Berg, ex-presidente de Eden Prime. Después de esto, no recuerdo que ocurrió exactamente.

En los días que se sucedieron, se habló de un nuevo atentado por parte de la organización terrorista quienes habrían secuestrado y posteriormente torturado hasta morir al honorisimo ex-presidente Marcus Berg y a su hija. También advirtieron unos posibles nuevos ataques ahora contra mi padre y otros políticos, pues la policía encontró en el cuerpo de Marcus Berg un escrito en el que figuraban tachados los nombres de muchos políticos que murieron y de personas relacionadas con ellas. Y como no, entre ellos figuraban los miembros de MI familia. Estábamos en peligro, según nos anunciaron las fuerzas de seguridad de Eden Prime . No lo entendía, ¿por qué tenía Marcus esa hoja? ¿Acaso él era uno de los artífices de esos asesinatos? Y si era así, ¿por qué se apunto también en esa hoja? Nada tenía sentido en ese momento.

Mi padre tomó sus precauciones y reforzó la seguridad de nuestra casa. Acto seguido convocó una reunión familiar en la que nos prohibió salir de casa. También, nos dijo que íbamos a abandonar Eden Prime, pues era muy peligrosos. La solución inmediata para todos sería acudir al lugar más seguro del universo, La Ciudadela. Rectifico, la solución inmediata paras mis hermanos y mi padre. El destino me tenñia reservada una sorpresa.

Cuando terminó la reunión, Él me pidió hablar a solas. Me explicó que tenía planes diferentes para mi. Al ser de otra pasta que la de mis hermanos, iba a empezar a entrenar en la Biótica, hasta que, cumplidos los 18, pudiese ir al centro de "Entrenamiento de moderación y adaptación de bióticos". Quería que me entrenase para poder luchar contra esos "malditos terroristas" y poder vengarme de la muerte de Marcus Berg. La simple pronuncia de su nombre, me transportaba a aquella noche.
No pude ni siquiera negarme. Mi padre había tomado una decisión que ya tomó con sus hijos y que no hizo conmigo. Sería el primer Nelzar biótico.

Y aqui estamos, en el final del camino. Me han entrenado para ser tan rápido como una sombra y letal; para que sea capaz de jugar con los elementos en mi propio beneficio. Me han convertido en una guerrero alternativo que pronto deberá servir a su raza. Y todo para tratar de vengar a un tipo que, creo, fue el causante de toda esta locura de asesinatos. Pero no puedo demostrarlo. Si lo hiciese, me condenarían y mi familia vaería en desgracia. No puedo hacer eso.

Debo fingir.... ¿Para qué? Para vengarme. ¿De quien? De Jack Nelzar.

Qué ironía...

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